La Araucanía, Región Multicultural... Historia construida sobre la base de la Diversidad Cultural
Cultura e historia se entremezclan en La araucanía formando la identidad de una de las regiones más diversas de Chile y cuyos ciudadanos han logrado darle un sello único en relación al resto de Chile.
En esta región comienza a diseñarse un perfil común a todo el país: una Nación que después de 200 años de republica va consolidando su cultura latinoamericana y mestiza del pueblo originario Mapuche, españoles e inmigrantes de diversas naciones, donde destacan en la región los italianos, franceses, suizos y alemanes, llegados en la segunda mitad del siglo XX.
De la unión de la cultura mapuche, la tradición campesina chilena y el conocimiento aportado por los inmigrantes de otros países, se ha generado una identidad, que presenta su máxima expresión en la riqueza intercultural de la Región de La Araucanía: historia, lenguaje, artes y tradiciones múltiples se mezclan y complementan entre los habitantes de ésta región.
La presencia de la etnia Mapuche que define la identidad regional, representa una tradición cultural. El pueblo Mapuche constituye el grupo indígena más numeroso de Chile. El 26% de la población de La Araucanía, mayor de 14 años, se declara como tal. La cultura y religión Mapuche se traducen en una relación amigable con el entorno y los recursos ambientales, de ahí su búsqueda del equilibrio entre el hombre y la naturaleza.
El pueblo Mapuche constituye el grupo indígena más numeroso de Chile, alcanzando alrededor de un millón de personas en las zonas central y sur del país. El 26% de la población de la Región de La Araucanía, mayor de 14 años, se declara como tal.
Hoy, la agricultura en pequeña escala constituye la actividad económica fundamental del pueblo mapuche, muy apegado a su tierra, de ahí su búsqueda del equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Esto constituye uno de los principios de sus creencias, apoyado en la idea de la tierra como madre protectora, y sostiene un sistema de salud basado en la medicina natural.
La artesanía mapuche ha alcanzado renombre principalmente por los trabajos en plata y tejidos, materiales con los que además fabrican sus vestimentas y atavíos. También construyen sus propios instrumentos musicales, como el kultrún, y la trutruca, que despliegan sonidos únicos y característicos.
Es un pueblo ágrafo, ya que su idioma no es escrito. Se autodenominaron "hombres de la tierra", (Mapu = tierra, Che = hombre), y a su idioma, "Mapudungun". Fueron llamados de "araucanos" por los españoles y la denominación se consolidó internacionalmente.
A lo largo del tiempo su lenguaje se ha mantenido inalterable y alrededor de un 30% de la población mapuche se comunica entre sí en mapudungun en sus lugares de origen. El resto de la población y especialmente los jóvenes no habla el idioma.
Tomando en cuenta el origen de la palabra "mapuche" ya descrito, a lo largo de este relato se conservará su estructura original "mapu", tierra; "che", gente; sin tomar en cuenta la "españolización" del término en plural (mapuches).
El pueblo mapuche de esta Región de Chile habita mayoritariamente en las tierras cedidas por el Estado a sus ascendientes a partir del siglo XIX, mediante el proceso de radicación de las comunidades, formadas por lazos de parentesco.
Antes de la llegada de los españoles, ocupó el territorio comprendido entre el valle de Illapel, en el norte y la Isla de Chiloé por el sur.
El investigador indigenista José Bengoa, en su libro "Historia del pueblo mapuche, Siglo XIX y XX" (Ediciones Sur), editado en 1985, subraya: "Lo que fue quedando grabado en la memoria de ambos bandos guerreros - españoles y araucanos- es lo que quedó del pasado, es su interpretación tendenciosa, fruto del largo combate. Es lo que sabemos y quizá es también la realidad; a lo menos, la realidad recreada por los hombres en lucha por sobrevivir e imponer sus convicciones".
Así, dando una mirada a la historia y el mito, la leyenda dice que - después de un gran diluvio que cubrió de agua los valles - la "gente de la tierra" que se salvó arriba de un gran cerro, bajó y cubrió el territorio.
El origen de este pueblo es relativamente incierto, y existen numerosas hipótesis: un grupo extraño a los cazadores recolectores chilenos, proveniente de la vertiente oriental de la cordillera pampeana y guaraní que, por migraciones sucesivas, habría dominado a los primitivos habitantes de Chile. Otros autores apoyaron esta hipótesis, afirmando que procede de las regiones amazónicas y del gran Chaco Platense. El historiador más audaz, Francisco Antonio Encina dice: "uno o dos siglos antes de la invasión incaica, un pueblo guerrero se incrustó como cuña en la cultura que acabamos de reseñar (chincha-diaguita) a la altura de Cautín, cortándola en dos porciones. Añade que la forma cómo dividió a la población autóctona, "hace inverosímil la posibilidad de un arribo por el norte o por el sur".
Sólo hay una cierta evidencia de que, alrededor de los años 500 a 600 AC. ya existía una cultura que se puede denominar mapuche por los restos líticos, alfarería y costumbres funerarias encontradas.
A la llegada de los españoles, en los valles de lo que hoy es el centro del país, se encontraban grupos sometidos al incanato, y en proceso de cambio cultural muy acelerado como consecuencia de esta influencia. Se les denominaba picunche o "gente del norte".
El río Maule (a la altura de la actual ciudad de Talca), fue el primer límite del territorio mapuche. Algunos autores hablan del río Itata como el límite norte; esto es, a la altura de Chillán, aproximadamente 150 Km. más al sur. De hecho, el río Maule fue tradicionalmente la frontera, el lugar donde comenzaban a atacar a los invasores incas o españoles. En términos modernos, se puede decir que era su "zona de seguridad".
El límite preciso debería ser la zona donde cambia la composición económico-social del asentamiento indígena. Entre los ríos Cachapoal y Maule terminaba el área de agricultura y comenzaba la caza y recolección, como actividad principal.
El profesor de la Universidad de Chile, Osvaldo Silva, distingue al norte del Maule: picunches en el valle del Mapocho y Aconcagua, principalmente; y promaucaes entre los valles de los ríos Maipo y Cachapoal. El tercer grupo - mapuche propiamente tal - estaría ubicado en esta zona de transición y al sur del río Bío-Bío. En el extremo continental sur, de Valdivia a Llanquihue, se ubicaría el pueblo cunco, denominación española para designar a los huilliche o "gente del sur", mezcla de mapuche con chonos y grupos de las islas del archipiélago de Chiloé.
Los "pueblos del norte" o picunche - obligados o voluntariamente- acompañaron a los españoles en su conquista del territorio mapuche. Algo similar ocurrió con los promaucaes. No tan evidente resulta el caso mapuche entre los ríos Maule y Bío-Bío que no parecen haber participado activamente contra los del sur; más aún, los testimonios de haberse alzado junto a ellos contra el invasor, comienzan a registrarse especialmente a fines de la Colonia, cuando ya llevaban varios siglos de servir en las haciendas y estancias de la región.
El río Itata marcaba el límite preciso del territorio araucano propiamente tal; sin embargo desde muy temprana la conquista, esta frontera se corrió al río Bío-Bío, transformándose éste en la separación natural del territorio. De hecho, la zona entre Concepción y la desembocadura del río Itata, el norte de la ciudad de Tomé, fue ocupada permanentemente desde el siglo XVI.
Al sur del río Toltén la población mapuche disminuía nuevamente, y parecía ser el río Cruces, en la provincia de Valdivia, el límite en sur del territorio.
Para el historiador José Bengoa, en la Cuesta de Lastarria, también llamada de Loncoche, se encontraba la frontera austral mapuche propiamente tal.